Lo que vemos actualmente es un conjunto que presenta dos estados muy diferentes. Por un lado, el Circ tiene un estado de conservación bueno y nos muestra elementos casi exclusivos de época romana. El recinto contiene también elementos de otras épocas, como la muralla medieval y la Torre de les Monges, ambas del siglo XIV. Esto se debe, claro está, a las actuaciones que se han hecho modernamente sobre el entorno y al derribo y retirada de los edificios y la calle que había sobre el recinto.

Por otro lado, la torre del Pretorio presenta una gran variedad de estilos debido a la adaptación a los diferentes usos que se ha hecho de la construcción a lo largo de la historia. El origen de la torre y la mayor parte de su estructura en las dos primeras plantas datan de época romana. En estas plantas destaca el uso de sillares almohadillados dispuestos con la técnica de opus quadratum para formar las paredes interiores y exteriores, y las bóvedas interiores hechas con opus caementicium, que sostienen los pisos superiores. En cambio, las partes superiores del edificio y otras actuaciones concretas pueden relacionarse con la adaptación como castillo que se hizo en época medieval y con su actividad como cuartel militar en la época moderna. También destaca su rehabilitación como prisión, posterior a la destrucción parcial de parte del edificio perpetrada por las tropas francesas cuando abandonaron la ciudad en 1813. La actividad como prisión se alargó en el tiempo y modificó el espacio según sus necesidades hasta que durante la parte final de la época franquista se decidió restaurar el edificio para resaltar su imagen medieval. Finalmente, a finales del siglo XX el edificio fue habilitado como museo y en él se hicieron obras que mejoraron los accesos y la distribución de los espacios.