Reconvertim la ciutat
Las ciudades nos construyen, pero también las construimos. En la plaza frente a mi casa hay un montón de sillas viejas apiladas, un poco escondidas. Varios grupos que se sientan en la plaza, cuando ya no caben en los bancos, comparten su uso y las dejan como las encontraron. Esos grupos se organizan para turnarse, para montar cumpleaños, para cuidarse un rato a las criaturas, para unirse a una comunidad energética.
Existe una ciudad contra la vida, que cementa, separa, expulsa, y una ciudad donde la vida resiste y bulle. Se escucha a la salida de los colegios, en los parques sin cementar, a la puerta de las asociaciones.
La ciudad es la fórmula idónea para la acumulación de capital. Los grandes negocios de construcción, la producción industrial antes y los servicios ahora, el comercio a gran escala, la disponibilidad de mano de obra barata. La gran ciudad es una construcción que ampara la invisibilidad y la ignorancia de lo que más nos importa como seres humanos. No vemos el antes ni el después de aquello que nos pasa por las manos, lo que hay más abajo del asfalto ni lo de más arriba, el afuera de la ciudad y el adentro de sus espacios domésticos. El cemento y el asfalto intentan hacernos olvidar que somos de la tierra.
El ecofeminismo denuncia una mirada dicotómica que separa la cultura y la naturaleza, la producción y la reproducción, la ciudad y el campo. Defiende ese continuo entre los procesos de regeneración de la vida natural, de la vida social y la de los individuos. Somos inevitable -y afortunadamente- ecodependientes e interdependientes. Somos vulnerables y necesitados, como la tierra, de cuidados.
Una ciudad ecofeminista es esa que nos deja pisar, tocar, respirar, descansar, construir, envejecer, jugar, alimentar, las vidas que somos. Y hacerlo con respeto a la diversidad, con suficiencia y con justicia. Es el enfoque de la sostenibilidad de la vida. Entre el techo ecológico y suelo social hay un espacio seguro y justo para vivir.
Existen muchas prácticas colectivas que pueden ayudar a reconstruir los vínculos con lo vivo (humano y no humano) que la ciudad de la acumulación quiere escondernos. Ciudades compasivas, refugios climáticos, asociaciones vecinales, laboratorios y asambleas ciudadanas, solidaridades de escalera, plazas vivas, prácticas contra la soledad no deseada, procesos de renaturalización de ríos, grupos enfrentando desahucios…
Si pensamos en los límites de materiales y energía, ya sobrepasados, nos dirigimos a una economía de la escasez, pero si pensamos en todo aquello que puede crecer sin dañar -los cuidados, la risa, el cariño, la creación, el juego, la organización social, la conciencia y el sentido- es posible imaginar una ciudad de la abundancia.
Marta Pascual Rodríguez
Cultura deriva de la palabra cultivar, que podemos entender de dos maneras:
- Como la manera de cultivar agrícolamente la tierra, es decir la agricultura es cultivar la tierra ((agri es tierra) y efectivamente necesitamos hacer grandes cambios al respecto. La agricultura industrial es un conjunto de ignorancia y de soberbia a partes iguales que está generando los mayores problemas ecosociales que sufrimos, desde el hambre hasta la sequía. Más aún, es la metáfora que nos debe hacer reflexionar sobre la manera de habitar en la tierra.
- Tenemos que tomar otra derivada de la palabra cultura, que a mi entender sería la de "rendir- culto", no al dinero ni al progreso, sino a la tierra y a la Tierra. Son estos cambios de cosmovisión o civilizatorios los fundamentales para reintroducir al ser humano dentro de los ciclos de la vida.
En ambos casos, la manera de habitar y el culto a la tierra, lo podemos retomar en base a los hábitos de la buena ruralidad basados en la ecodependencia, la sobriedad y la interdependencia.
Gustavo Duch Guillot
Per saber-ne més:
- Soberanía Alimentaria, Biodiversidad y Culturas - Mapatge sobre el preu i el valor dels aliments a Catalunya. El pa sencer SCCL. Revista Soberanía Alimentaria, Biodiversidad y Culturas
- Ecofeminisme per a la Justícia Global. Article de l’Alicia Puleo. La fede.cat.
La xerrada Reconvertim la ciutat tindrà lloc el divendres 16 de juny a les 19 h a l’Espai Jove La Palmera. I a les 21h, a partir del poema La Descivilització i altres ecopoemes, de Gustavo Duch, tindrà lloc el "concert" de rotllana LA VIDA TORNARÀ, conjunt amb Sònia Arias, que conjuga música i veus per provocar un "desconcert" que ens faci imaginar altres maneres d'habitar el planeta Terra.